Crispación
El telescopio.
ANGUSTIA.
No lo puedo soportar, la crispación me desazona y no me deja dormir. Quien conoce la historia de nuestro sufrido país sabe que los enfrentamientos demasiado tensos entre derechas e izquierdas nunca nos han llevado a nada bueno. Hasta hace poco, yo tenía algunos amigos conservadores con los que podía hablar de muchas cosas; pero, de un tiempo a esta parte, parece que se han convertido en marcianos. Su mundo y el mío no son el mismo mundo. A la más mínima insinuación, la susceptibilidad a flor de piel nos hace que nos miremos con cara de perro y prefiramos no encontrarnos por ahí, para no tener que estar continuamente reprimiendo nuestros comentarios más inocentes. Alguien está envenenando el aire de mi patria, alguien que, con una gran desfachatez, se autocalifica de patriota. Ya se hizo antes con resultados catastróficos. Ya hubo un día quien monopolizó la bandera de todos, el himno de todos, la patria de todos, y se la apropió en nombre de una idea excluyente.
Entonces, aquellos decían que querían una España, grande y libre, y nos tuvieron cuarenta años con la boca cerrada, en un país despreciado por las demás naciones. No me gustan estas cosas, no me gusta una manifestación donde en lugar de pancartas se muestran banderas nacionales que son de todos y que merecen un respeto; donde se habla de libertad en lugar de hablar de democracia. No me gusta, no me gusta. Me siento incómodo, me siento coaccionado, amenazado, harto de tanto argumento retorcido, de tanta exageración, de tanto grito.
No me gusta cuando se llama al Presidente del Gobierno al Senado para hacerle preguntas, y después no se le deja responder, en un mar de gritos y exabruptos; y que a renglón seguido, un señor de forzado semblante pacífico y beatífica sonrisa acuse de "hoolligan" al agredido. No me gusta que los mismos que acercaban presos, negociaban con los terroristas y les llamaban Movimiento de Liberación Vasco, se rasguen ahora las vestiduras porque el Gobierno, en uso de sus legítimas facultades, desarrolle su política penitenciaria como crea conveniente. No me gusta que se diga que los que acuden a sus manifestaciones son personas normales y decentes, como si los demás no lo fuéramos. No me gusta que se ensalce o se ignore a las víctimas según se plieguen o no a sus exigencias. El trato desigual que se le da a Alcaraz y a Pilar Manjón es escandaloso. No me gusta que me salven ni que quieran salvar a mi país de peligros imaginarios, cuando la presunta desesperación de mis presuntos salvadores va pasando de un tema a otro, en una perfecta planificación, conforme se van deshinchando como espectaculares pero vacías pompas de jabón. Primero España se iba a romper con el Estatut, después ETA estaba involucrada en los atentados del 11-M en connivencia con el diabólico Zapatero, ahora la atenuación de la pena de De Juana Chaos es la primera capitulación de un Estado ante los terroristas. Y de tanto nombrarlo y hacer manifestaciones con su nombre, lo convierten en un héroe para los suyos; que a lo mejor se animan ante tamaña propaganda y deciden seguir atentando. Esos monopolizadores de la derecha mienten y saben que están mintiendo, y deberían saber que sabemos que lo saben. Porque ni España se rompió, ni ETA tenía nada que ver con lo de Atocha, ni la atenuación de una pena por enfermedad es una novedad. ¿A qué están jugando estos patriotas? ¿A enfrentar al pueblo, o sea, a romper la Patria? Pues vaya patriotas.
Sus mentiras del 11-M están siendo desveladas definitivamente por ese proceso que quieren ocultarnos con tanto ruido injustificado. Los españoles los echamos entonces del gobierno. Ahora, en el plazo de un año, vamos a tener dos oportunidades para echarlos también de la oposición. Porque la derecha moderada y democrática se merece representantes más dignos, y no entiendo como a estas alturas no han surgido ya de sus filas voces sensatas y discordantes. Pensemos que la única oportunidad de gobernar que tienen estos alborotadores es alcanzar mayorías absolutas; de lo contrario, a ver quién se alía con ellos, después de haber insultado a todo quisque.
No me gusta esto, me siento incómodo, indignado y preocupado por mi patria, yo, que nunca he presumido de patriota.
Miguel Ángel Pérez Oca.
(Leído en Radio Alicante el 13-3-2007)ANGUSTIA.
No lo puedo soportar, la crispación me desazona y no me deja dormir. Quien conoce la historia de nuestro sufrido país sabe que los enfrentamientos demasiado tensos entre derechas e izquierdas nunca nos han llevado a nada bueno. Hasta hace poco, yo tenía algunos amigos conservadores con los que podía hablar de muchas cosas; pero, de un tiempo a esta parte, parece que se han convertido en marcianos. Su mundo y el mío no son el mismo mundo. A la más mínima insinuación, la susceptibilidad a flor de piel nos hace que nos miremos con cara de perro y prefiramos no encontrarnos por ahí, para no tener que estar continuamente reprimiendo nuestros comentarios más inocentes. Alguien está envenenando el aire de mi patria, alguien que, con una gran desfachatez, se autocalifica de patriota. Ya se hizo antes con resultados catastróficos. Ya hubo un día quien monopolizó la bandera de todos, el himno de todos, la patria de todos, y se la apropió en nombre de una idea excluyente.
Entonces, aquellos decían que querían una España, grande y libre, y nos tuvieron cuarenta años con la boca cerrada, en un país despreciado por las demás naciones. No me gustan estas cosas, no me gusta una manifestación donde en lugar de pancartas se muestran banderas nacionales que son de todos y que merecen un respeto; donde se habla de libertad en lugar de hablar de democracia. No me gusta, no me gusta. Me siento incómodo, me siento coaccionado, amenazado, harto de tanto argumento retorcido, de tanta exageración, de tanto grito.
No me gusta cuando se llama al Presidente del Gobierno al Senado para hacerle preguntas, y después no se le deja responder, en un mar de gritos y exabruptos; y que a renglón seguido, un señor de forzado semblante pacífico y beatífica sonrisa acuse de "hoolligan" al agredido. No me gusta que los mismos que acercaban presos, negociaban con los terroristas y les llamaban Movimiento de Liberación Vasco, se rasguen ahora las vestiduras porque el Gobierno, en uso de sus legítimas facultades, desarrolle su política penitenciaria como crea conveniente. No me gusta que se diga que los que acuden a sus manifestaciones son personas normales y decentes, como si los demás no lo fuéramos. No me gusta que se ensalce o se ignore a las víctimas según se plieguen o no a sus exigencias. El trato desigual que se le da a Alcaraz y a Pilar Manjón es escandaloso. No me gusta que me salven ni que quieran salvar a mi país de peligros imaginarios, cuando la presunta desesperación de mis presuntos salvadores va pasando de un tema a otro, en una perfecta planificación, conforme se van deshinchando como espectaculares pero vacías pompas de jabón. Primero España se iba a romper con el Estatut, después ETA estaba involucrada en los atentados del 11-M en connivencia con el diabólico Zapatero, ahora la atenuación de la pena de De Juana Chaos es la primera capitulación de un Estado ante los terroristas. Y de tanto nombrarlo y hacer manifestaciones con su nombre, lo convierten en un héroe para los suyos; que a lo mejor se animan ante tamaña propaganda y deciden seguir atentando. Esos monopolizadores de la derecha mienten y saben que están mintiendo, y deberían saber que sabemos que lo saben. Porque ni España se rompió, ni ETA tenía nada que ver con lo de Atocha, ni la atenuación de una pena por enfermedad es una novedad. ¿A qué están jugando estos patriotas? ¿A enfrentar al pueblo, o sea, a romper la Patria? Pues vaya patriotas.
Sus mentiras del 11-M están siendo desveladas definitivamente por ese proceso que quieren ocultarnos con tanto ruido injustificado. Los españoles los echamos entonces del gobierno. Ahora, en el plazo de un año, vamos a tener dos oportunidades para echarlos también de la oposición. Porque la derecha moderada y democrática se merece representantes más dignos, y no entiendo como a estas alturas no han surgido ya de sus filas voces sensatas y discordantes. Pensemos que la única oportunidad de gobernar que tienen estos alborotadores es alcanzar mayorías absolutas; de lo contrario, a ver quién se alía con ellos, después de haber insultado a todo quisque.
No me gusta esto, me siento incómodo, indignado y preocupado por mi patria, yo, que nunca he presumido de patriota.
Miguel Ángel Pérez Oca.
Brie: Miguel Angel Pérez Oca es profesor mercantil, escritor e ilustrador científico. Autor de libros como “Memoria Narrativa alicantina”, “El libro secreto de Copérnico”; “Giordano Bruno, el loco de las estrellas”; “Tomo el librero”, “Los viajes del padre Pinzón”; “Nuestros señores químicos”. Autor también de la colección de 30 pinturas de tema astronómico, “Imágenes del universo”, adquirida por el Museo de Ciencias de Barcelona. Además ha recibido diversos galardones por esta especialidad.
miércoles, marzo 28, 2007
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4 briefirmitas:
Todos estamos hartos... esperemos que tal cosa se demuestre en las urnas.
SithWolf
de mi padre heredé las huelgas del 3 de marzo en Vitoria, soy de izquierdas por convicción y ahora , viendo a esta panda, por cojones.
No llego a entender a la derecha y además me da miedo que vuelvan a la poltrona, son una banda de macarras que no tienen los pies en el suelo.
un saludo desde la Euskadi que no quiere bronca.
Huy!! perdona... y esta semana santa me voy a escalar a Gredos y conocer el valle dsel jerte... buen plan!!!
Lo dicho, envidia cochina te tengo :) Por cierto, con el permiso de usted, le añado a mis Brieconsejos... yo también espero que el niño de Nubia esté ahora mismo, no sé, estudiando, trabajando... pero vivo :)
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