Ireland 4: The Dublin Experience
Dublin marca la diferencia con el resto de lugares irlandeses. Vale que de Belfast sólo vi la periferia (además, es Irlanda del Norte, no cuenta) y que me faltaron ciudades importantes como Cork, por ejemplo, de la que, dicen, está lleno de españoles; así que mal sitio para ir a aprender Inglés, aunque esté lleno de academias :D
El día que elegimos para ir a Dublin fue el último y no hizo muy buen tiempo, que digamos... pero la cuestión es que no llovió, milagro de los dioses si tenemos en cuenta que estábamos en Irlanda!!
Lo que yo vi de Dublin me recordó mucho a Barcelona. Calles comerciales enormes (aunque los edificios son más bajos) con muchas estatuas, en plan Paseo de Gracia, etc. Y zonas deprimidas y muy sucias, como el rincón más guarro que se pueda imaginar del Raval. Aunque, eso sí, aquí no vemos edificios victorianos :D Seguro que hay más, pero no me dio tiempo de verlo entero.
Este es el puente del medio (penique) o puente de Wellington, que une las dos partes de Dublin separadas por el río Liffey. Se llama así porque hace mogollón de tiempo, te cobraban eso por pasar al otro lado, con lo que los pobretones de Dublin no podían cruzar, solo los "pastosos".
La duración de los semáforos en Irlanda, para los peatones, es demencial... ¡no llega a 3 segundos y ya empieza a pitar para que corras! Pero como los Irish son muy respetuosos, imagino que no aceleran y te atropellan aunque estés a mitad de camino de cruzar. Aunque algún que otro coche tuneado vi, que horror! Aquí foto de un semáforo que te decía los segundos que faltaban para que se pusiera en rojo o en verde ¡buena idea!
Esto no sé muy bien lo que es, bueno, sí, un bar-restaurante-motel, pero fijo que todo el que pasara por ahí le echa una foto, es tan cantón! Muestra del colorido de los edificios irlandeses.
Curiosidad Spanish a la que no nos atrevimos a entrar ¿¡comida española en Irlanda!? ¡qué miedo!
El famosísimo Temple Bar. Me quedé con ganas de entrar, pero había que seguir pateando Dublin :D
Aunque lo mejor del bar era el lateral, donde estaban haciendo una especie de fiesta de disfraces friky, sabedió, y pude captar esta instantánea, aún a riesgo de jugarme el físico :D
Esto debe ser algo así como la Casa del Artista, o un teatro, o yo que sé. La cuestión es que la calle era tan estrecha que la única manera de pillarlo era de lado. Al fondo, arriba, los U2, quizás los Dublineses más famosos del mundo :D
Edificio con ventanas decoradas a lo Andy Warhool
Intentamos entrar en el Dublin Castle pero ¡estaban rodando una serie!
Hice un montón de fotos a iglesias y edificios, pero ni flowers de los nombres, no me dio tiempo a buscar los carteles :)
Pub gay irlandes... con marinerito incluido :)
Uno de los canales de Dublin... ¡madre mía, cuanta agua hay en este país!
Y para terminar... deciros que nos colamos sin querer en el museo de la Guiness, que valía 14 euracos, by the face. Empezamos a subir escaleras, escaleras, hasta llegar al 7º piso, el Gravity Bar, donde tienes unas vistas privilegiadas de Dublin y te sirven una Guiness a cambio de una anilla de plástico que dan a los visitantes de la exposición... nosotros no teníamos ni idea de que nos habíamos colado (ni un cartel, ni un vigilante ¡nada!) y pedimos las birras directamente... cuando el tío nos pidió las anillitas en vez de dinero, creo que nos vio la cara de alucinados y se creyó que nos habíamos colado sin querer... así que nos regaló las cervezas, como ya estaban servidas :D ¡No recuerdo haber probado una Guiness mejor en toda mi vida! Para ver la fábrica, os recomiendo este link
El día que elegimos para ir a Dublin fue el último y no hizo muy buen tiempo, que digamos... pero la cuestión es que no llovió, milagro de los dioses si tenemos en cuenta que estábamos en Irlanda!!
Lo que yo vi de Dublin me recordó mucho a Barcelona. Calles comerciales enormes (aunque los edificios son más bajos) con muchas estatuas, en plan Paseo de Gracia, etc. Y zonas deprimidas y muy sucias, como el rincón más guarro que se pueda imaginar del Raval. Aunque, eso sí, aquí no vemos edificios victorianos :D Seguro que hay más, pero no me dio tiempo de verlo entero.
Este es el puente del medio (penique) o puente de Wellington, que une las dos partes de Dublin separadas por el río Liffey. Se llama así porque hace mogollón de tiempo, te cobraban eso por pasar al otro lado, con lo que los pobretones de Dublin no podían cruzar, solo los "pastosos".
La duración de los semáforos en Irlanda, para los peatones, es demencial... ¡no llega a 3 segundos y ya empieza a pitar para que corras! Pero como los Irish son muy respetuosos, imagino que no aceleran y te atropellan aunque estés a mitad de camino de cruzar. Aunque algún que otro coche tuneado vi, que horror! Aquí foto de un semáforo que te decía los segundos que faltaban para que se pusiera en rojo o en verde ¡buena idea!
Esto no sé muy bien lo que es, bueno, sí, un bar-restaurante-motel, pero fijo que todo el que pasara por ahí le echa una foto, es tan cantón! Muestra del colorido de los edificios irlandeses.
Curiosidad Spanish a la que no nos atrevimos a entrar ¿¡comida española en Irlanda!? ¡qué miedo!
El famosísimo Temple Bar. Me quedé con ganas de entrar, pero había que seguir pateando Dublin :D
Aunque lo mejor del bar era el lateral, donde estaban haciendo una especie de fiesta de disfraces friky, sabedió, y pude captar esta instantánea, aún a riesgo de jugarme el físico :D
Esto debe ser algo así como la Casa del Artista, o un teatro, o yo que sé. La cuestión es que la calle era tan estrecha que la única manera de pillarlo era de lado. Al fondo, arriba, los U2, quizás los Dublineses más famosos del mundo :D
Edificio con ventanas decoradas a lo Andy Warhool
Intentamos entrar en el Dublin Castle pero ¡estaban rodando una serie!
Hice un montón de fotos a iglesias y edificios, pero ni flowers de los nombres, no me dio tiempo a buscar los carteles :)
Pub gay irlandes... con marinerito incluido :)
Uno de los canales de Dublin... ¡madre mía, cuanta agua hay en este país!
Y para terminar... deciros que nos colamos sin querer en el museo de la Guiness, que valía 14 euracos, by the face. Empezamos a subir escaleras, escaleras, hasta llegar al 7º piso, el Gravity Bar, donde tienes unas vistas privilegiadas de Dublin y te sirven una Guiness a cambio de una anilla de plástico que dan a los visitantes de la exposición... nosotros no teníamos ni idea de que nos habíamos colado (ni un cartel, ni un vigilante ¡nada!) y pedimos las birras directamente... cuando el tío nos pidió las anillitas en vez de dinero, creo que nos vio la cara de alucinados y se creyó que nos habíamos colado sin querer... así que nos regaló las cervezas, como ya estaban servidas :D ¡No recuerdo haber probado una Guiness mejor en toda mi vida! Para ver la fábrica, os recomiendo este link
lunes, agosto 20, 2007
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Vacaciones,
Viajes
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